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Datos y más datos : aclarando por qué el “fair share” es un peaje de internet en el FIB.

 

Entre los días 21 y 24 de mayo tuvo lugar el Foro de Internet en Brasil (FIB) en Curitiba, organizado por el NIC.br (Núcleo de Informação e Coordenação do ponto BR)  y CGI.br (Comitê Gestor da Internet no Brasil). En este espacio dedicado a la discusión de la gobernanza de Internet en el país, el fair share surgió como un tema de análisis y generó múltiples discusiones.  


En el día cero del FIB, ISOC Brasil organizó, como parte de la programación de su Encuentro Anual, el siguiente panel: “¿Peaje en Internet? Los impactos del peaje en la neutralidad de la red”. Con la moderación de Raquel Gatto (ISOC Brasil), el panel contó con la participación de  Breno Vale (ABRINT), Mozart Tenório (Anatel), Flávia Lefèvre (CDR) y João Victor Archegas (ITS Rio).


En el último día del FIB tuvo lugar el panel “Fair share en el sector de las telecomunicaciones: desafíos y perspectivas de los costos compartidos hacia la expansión de las redes”, organizado por el Legal Grounds Institute. Como ponentes participaron Alessandro Molon (AIA), Camila Tapias (Telefônica Brasil), Carlos Baigorri (Anatel), Paula Bernardi (ISOC) y Ricardo Campos (Legal Grounds). La íntegra de las discusiones se encuentra  disponible en Youtube.


Una de las declaraciones que más llamó la atención fue proferida por el presidente de Anatel. Según Baigorri, las discusiones en torno al debate del “fair share” no son suficientemente técnicas y se presentan como “narrativas permeadas de desinformación”, como el uso de la expresión “peaje en Internet”. Además, también afirmó que no se trata de una discusión política, sino puramente técnica. 


Sin embargo, es importante señalar que la iniciativa “Peaje en Internet”  aporta elementos técnicos y objetivos al debate. Veamos algunos de ellos a continuación: 


El problema no es el volumen de datos. Estudios técnicos de  Analysys Mason revelan que entre el 80% y el 90% de los costos relacionados con las redes de telecomunicaciones no tienen ningún tipo de relación con el alto volumen en el tráfico de datos. En este sentido, el principal motivo que se presenta como justificación para una intervención reguladora no se sostiene. Es decir, no se logra presentar datos que relacionan el alto volumen de datos con los supuestos riesgos para la infraestructura digital. 


Los consumidores serán desproporcionalmente impactados. En Corea del Sur, donde se adoptó la política de “fair share” en 2016, las tarifas de acceso a Internet crecieron rápidamente a lo largo de los años. Hoy día es un Internet que cuesta 8x más de lo que se suele pagar en Londres y 10x más si comparamos con Frankfurt. Proveedores populares que no logran mantenerse al reducir la calidad de sus servicios se ven obligados a dejar el país, como ocurrió con Twitch.

 


No falta dinero, incluso en Brasil. Según el Tribunal de Contas da União (TCU), desde 2001 los usuarios de servicios de telecomunicaciones en Brasil contribuyen al mantenimiento del Fundo de Universalização dos Serviços de Telecomunicações (Fust). A lo largo de los años se han recaudado más de 25 mil millones de reales. Sin embargo, menos del 1% de esta suma ha sido invertida en políticas públicas de telecomunicaciones.  


Estos son algunos de los detalles técnicos que apuntan hacia un hecho, no a una narrativa: la introducción de las “network fees” crea un verdadero “peaje en Internet”, disminuyendo la calidad de los servicios digitales y favoreciendo a los grandes players del mercado de infraestructura de telecomunicaciones. Por lo tanto, el principal impactado por una política de “costos compartidos” es el usuario final, que podrá perder acceso a contenidos diversificados y  de calidad, mientras asume costos progresivamente más altos.

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